Pregonero 2010
D. Modesto Barragán Ríos
Un pregón ambientado en 1810 encandila al público.
Manolo Casal, quien fuera pregonero en 1988, presentó al actual, Barragán.
La lluvia y el temporal dieron una tregua a la ciudad y el pregonero, el periodista Modesto Barragán Ríos, pudo cumplir con la ciudad y ofrecer ante cientos de portuenses y aficionados al Carnaval su pregón, un evento que se antojaba el central de la fiesta portuense, por la expectación creada, sobre todo desde las líneas que completan el blog del pregonero. Con todo, la plaza del Castillo volvió a vivir un ambiente frío, con el viento como protagonista, como ya ocurriera con María Asunción Mateo, presidenta de la Fundación Rafael Alberti.
Aunque tuviera que pasar más de una hora desde la prevista, las 20.30 horas, para que el numeroso público pudiera ver al pregonero (media hora de retraso y otra media de presentación por parte del que fuera pregonero de 1988, Manolo Casal y de pasacalles de todas las agrupaciones portuenses, excepto algunas que harían su aparición en escena más tarde), sin dudar, fue un pregón esperado pero a la vez divertido y con mucho humor.
Modesto Barragán quiso rememorar en su evento particular El Puerto de 1810, la época en la que se forjó la libertad de expresión y el periodismo, cuando se fraguaba además la famosa constitución La Pepa.
Se enfundó el traje de José I Bonaparte, más conocido por los portuenses como Pepe Botella y comenzó su discurso ante el público, intentando metérselo en el bolsillo con promesas y promesas.
Pero el primero en interrumpirlo sería Manuel Sánchez, el presentador, que le puso los puntos sobre las ies para indicarle cómo ganarse al público, prometiendo por ejemplo Portomoda de nuevo en el centro, el Racing a la Champions o un paseo de Vino Fino.
Fue quien más risas sacó al público.
Pero sin dejar reponerse al público, e hilando su historia, Barragán o mejor dicho Bonaparte, tras explicar sus bondades y que la historia se equivocaba con los franceses, prometió el debú de La Macaria, que se sintió aludida y apareció ante el Castillo de San Marcos, con su famoso La, la, la de fondo.
Al cierre de esta edición aún faltaban sorpresas por desvelar de este gran pregón, que tardará mucho tiempo en ser olvidado, así como la proclamación de las Coquineras y la entrega del Personaje Entrañable a Luis Galán.